Zócalo/ Plaza de la Constitución
La ciudad de Mexico ha sido siempre cosmopolita. Las calles del llamado centro histórico encierran más de siete siglos de un pasado que puede develarse al transitarlo. Tome el metro y descienda en la estación Zócalo. Saldrá a la Zócalo / Plaza de la Constitución, conocida como zócalo, donde observará el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana. Si camina por la calle Guatemala, detrás de la Catedral, se encontrará con el pasaje Seminario, donde comienza el trayecto para adentrarse en las raíces mismas de la historia de Mexico en el Templo Mayor, ruinas del mayor centro ceremonial azteca en la antigua Tenochtitlan, cuya construcción se estima en 1325 y tuvo por lo menos siete etapas constructivas. Aquí tambien se halla un museo de sitio con la monumental escultura de Coyolxauhqui y del Caballero Águila. La propuesta continúa en la Catedral Metropolitana y el Sagrario Metropolitano, que ejemplifican la influencia de la iglesia en Mexico. Sobre la calle de República de Brasil, llegará a la Plaza de Santo Domingo, cuyo trazo colonial de 1628 muestra la influencia barroca en la cultura mexicana. Aquí puede detenerse en el Museo de la Medicina, dedicado a todo sobre la medicina, antes Palacio de la Inquisición. De ahí, por la calle de Argentina está el Colegio de San Ildefonso con su fachada del siglo XIX, que hoy funciona como centro cultural tras ser sede de la Escuela Nacional Preparatoria hasta 1978. En las paredes del edificio se hallan murales de alto valor pictórico como los de Orozco, Siqueiros y Rivera. Se dice que Frida Kahlo conoció en este lugar a Rivera, cuando estudiaba en la preparatoria y el pintaba esos frescos sobre la revolución de 1910 y la reivindicación de los oprimidos. Una aconsejable parada para comer es la Hostería de Santo Domingo, que se halla al cruzar la plaza, en la esquina de calle Palma. En temporada (septiembre y octubre) puede disfrutar de los tradicionales chiles en nogada, plato que contiene los tres colores de la bandera nacional, creado especialmente para el emperador Agustín de Iturbide, personaje clave para la consumación de la Independencia. Para terminar el recorrido, diríjase a la calle Madero, a la Torre Latinoamericana y a la casa del Conde del Valle de Orizaba, (llamada Casa de los Azulejos), cuya original fachada data de 1737. En este lugar pararon a desayunar Emiliano Zapata, caudillo revolucionario, y sus hombres cuando entraron a la capital. Finalmente quedó como un restaurante donde puede admirar "Omnisciencia", mural pintado por Jose Clemente Orozco.
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